En esta serie de artículos que estamos dedicando a las rapaces de la Península Ibérica, tarde o temprano teníamos que toparnos con las aves «del montón». Es decir, aquellas rapaces que no destacan ni por su tamaño, ni por su velocidad, agilidad, tipo de alimentación, o lugares en los que habita. El busardo ratonero es una de estas rapaces «del montón». Pero es esta característica precisamente la que le aporta grandes ventajas.
Si has seguido los anteriores artículos sabrás que hace unos meses te hablé del águila real, una de las rapaces más grandes y majestuosas de la Península. Tanto las fotos de «la Real» como del azor común y del busardo ratonero, fueron tomadas en un hide en mi viaje a la Sierra de Andújar en enero de 2022.
De ahí que las fotos de este artículo (como también las de los anteriores) sean tan buenas. Las rapaces parecen posar para mi objetivo, en parte porque estoy bien escondido (y en silencio) en un hide, y en gran parte, porque antes les hemos dado un pequeño aporte de comida.
El caso es que hoy quiero hablaros del busardo ratonero, también conocido como águila ratonera o ratonero común. El busardo es una de esas rapaces que en realidad no destaca por nada. Esa característica precisamente, es la que le permite adaptarse a diferentes ambientes y entornos y la que ha hecho que sus poblaciones se extiendan ampliamente por el continente europeo.
Si, pero ¿cómo es el busardo ratonero?
Su éxito radica en su falta de especialización. Es una rapaz de tamaño medio, con una altura que no pasa de los 60 cm, y una envergadura que no supera los 140 cm. Con este tamaño se adapta a multitud de entornos y es capaz de reproducirse en una gran variedad de ambientes y climas.
Cuando la vemos posada, parece un ave de color pardo rojizo, un poquito rechoncha. En vuelo lo que vemos es completamente diferente. Un rapaz de alas cortas y anchas, una cola corta que despliega en abanico y un plumaje de tonalidades muy variadas.
Su plumaje puede tomar desde colores pardos muy muy claros hasta rojizos extremadamente oscuros. Los adultos tienen un color marrón mas homogéneo que contrasta con las plumas del pecho, que suelen tener unas franjas blancas de diferente extensión en cada individuo.
¿Y cómo es el hábitat del busardo?
Los busardos ratoneros se extienden ampliamente por toda la Península Ibérica. Casi todas las parejas son residentes en la Península, es decir, no emigran en ningún momento, aunque también recibimos parejas del norte de Europa que pasan aquí un invierno más templadito y cómodo.
Los ratoneros son poco exigentes, lo único que piden es algo de vegetación en la que poder instalar sus nidos. Es por ello que están tan extendidos por la Península. Les encantan los terrenos boscosos, pero podemos encontrarlos tanto en monte bajo como en alta montaña hasta los 1600 metros. También los vemos en llanuras y dehesas aunque parece que su hábitat favorito son los lugares que combinan y alternan un poco de todo, áreas boscosas, prados y dehesas. En invierno incluso podemos verlos en campos de cultivo.
¿De que se alimentan los busardos?
Esta es otra de las claves de su éxito. Los busardos ratoneros no son para nada tiquismiquis con su alimentación. Desde insectos y lombrices, pasando por aves, reptiles, anfibios, pequeños mamíferos y hasta conejos o incluso carroñas de otras rapaces. Es cierto que su alimentación varía mucho en función de la estación del año, pero también es cierto que esta gran variedad de fuentes de alimentación le ha permitido establecerse en hábitats y climas donde otras rapaces más especializadas no pueden hacerlo.
¿Cómo es el ciclo reproductor del busardo ratonero?
La época de reproducción del busardo, como la de casi todas las rapaces de la Península, comienza en los meses de marzo y abril. Primero exploran juntos el territorio sobre el que construir su nido, o reutilizar alguna estructura antigua, para poco después, poner los huevos, entre abril y mayo.
Las hembras suelen poner entre 2 y 4 huevos, y aunque el macho ayuda en la incubación, es la hembra la que más tiempo pasa en el nido mientras su compañero sale en busca de comida para ella. Tras 33 o 35 días los huevos eclosionan y los polluelos permanecen en el nido otras tantas semanas, cerca de 60 días. Entonces comienzan a experimentar con vuelos cortos, aunque siguen volviendo de vez en cuando al nido.
Finalmente, a mediados del verano, los pollos ya están listos para abandonar el territorio paterno y buscar nuevos cotos de caza.
Principales amenazas para el busardo ratonero
Pues me temo que me vais a llamar pesado de tanto repetirme, pero la principal amenaza del busardo ratonero, al igual que para el resto de rapaces ibéricas, es el ser humano. Aún así, su falta de especialización y su tamaño medio la convierten en una rapaz muy versátil, capaz de adaptarse a diferentes entornos y medios. Por eso, a día de hoy, según los amigos de SEO Birdlife, el busardo ratonero no está incluido en el catálogo español de especies amenazadas.
El busardo siempre fue perseguido y abatido por los cazadores, ya que es un fiero competidor por presas menores como conejos, perdices, etc. Aún así sus poblaciones en la Península Ibérica se mantienen fuertes y estables y tan solo la modificación de su hábitat natural por los humanos, las molestias causadas por los turistas durante el período de incubación, la caza ilegal, los choques con tendidos eléctricos o los incendios forestales suponen una amenaza real.
Amig@s, espero que os haya gustado este artículo dedicado al busardo ratonero. Un fuerte abrazo y ¡hasta la próxima!
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