Seguro que te ha pasado. Estás en el bosque, y a lo lejos, ves un ligero movimiento. Pero el animal está demasiado lejos. Sabes que tiene cuatro patas, un cuerpo de color pardo, y quizá tenga cuernos… ¿Pero qué es? ¿Es un ciervo? ¿Quizá un corzo? ¿Un gamo tal vez?… Ni idea. Incluso puede que tengas tus prismáticos a mano… pero… no estás seguro del todo… Ciervos, corzos y gamos… ¿Pero cual es cada uno?
En época de berrea, no solo los mamíferos se vuelven locos, sino que nosotros, los humanos, corremos raudos al bosque a escuchar el bramido de la naturaleza. Pero a veces no es fácil. Los animales son esquivos y tenemos que observarlos desde cierta distancia, y muchas veces no estamos seguros de si lo que estamos viendo es un pájaro, un avión o Superman.
En mi caso, hoy te traigo un artículo sobre 3 mamíferos que a veces, podemos confundir en la lejanía. Incluso los profesionales de ésto, los que más saben, pueden tener problemas para identificar a un animal que está lejos.
¿Ungulados, y eso que és?
Los animales que antes te he mencionado, el ciervo, el corzo y el gamo, pertenecen a un orden de mamíferos llamados ungulados. No te voy a aburrir con clasificaciones y nombres en latín, que puedes buscar tu mismo en el google. Simplemente te diré que se trata de un grupo de mamíferos herbíboros y de 4 patas. Es un grupo muy variado y además muy extendido por todo el mundo.
Los ungulados incluyen a algunos de los animales más icónicos y majestuosos de la fauna silvestre. Pero en mi caso me centro en los tres más famosos que podemos encontrar en la Península Ibérica: los ciervos, los corzos y los gamos. Tres especies que comparten similitudes, pero también exhiben notables diferencias físicas y morfológicas que los hacen únicos. En este artículo, te voy a contar estas diferencias para comprender mejor a estos elegantes habitantes de los bosques.
Los ciervos (esos que berrean)
Los ciervos, también conocidos como venados en algunas regiones, son el grupo más grande y ampliamente distribuido de estos ungulados. Algunas de sus características más distintivas incluyen:
- Tamaño imponente: Los ciervos son los más grandes de los tres, con machos que pueden alcanzar alturas de hombro de hasta 1.2 metros y pesar hasta 250 kilogramos.
- Cornamenta ramificada: Los machos desarrollan cuernos ramificados que crecen y se renuevan cada año, en primavera. Estos cuernos suelen tener múltiples puntas. Las ciervas no tienen cuernos.
- Manto de pelaje pardo: Los ciervos suelen tener un pelaje pardo rojizo en verano que en invierno se va oscureciendo hasta el pardo grisáceo. En algunas ocasiones se pueden observar manchas blancas en el dorso.
- Cola blanca: Su cola es blanca por la parte inferior, lo que es una característica distintiva cuando la levantan en estado de alerta.
Los ciervos son animales muy sociales, que suelen convivir en grupos que pueden llegar hasta varios centenares de miembros, siempre dirigidos por una hembra. En época de celo, los machos pelean entre si y emiten un característico bramido para atraer a las hembras.
Los corzos (los que ladran)
Los corzos son ungulados más pequeños y delicados en comparación con los ciervos. Algunas de sus características notables incluyen:
- Tamaño modesto: Los corzos son considerablemente más pequeños que los ciervos, con una altura de hombro que ronda los 70 centímetros y un peso de 15-30 kilogramos. Son los cérvidos más pequeños de la Península Ibérica.
- Cuernos sencillos: Los machos tienen cuernos sencillos que crecen en forma de espiral y no se ramifican. Al contrario que los ciervos, suelen perder las cuernas en noviembre, el llamado «desmogue».
- Pelaje: Tienen un color marrón rojizo en verano y más grisáceo en invierno.
- Mancha de pelo blanca en el trasero: Una característica distintiva es la mancha de pelo blanco que rodea la zona del ano.
Los corzos suelen ser más solitarios y tímidos que los ciervos. Es habitual verlos al amanecer o al atardecer, y prefieren formar pequeños grupos familiares antes que grandes grupos como los ciervos. Otra de las características que los hace reconocibles en el bosque, al menos auditivamente, es que emiten una especie de ladrido sordo cuando están nerviosos o nos escuchan llegar 😉
Los gamos (los que… los que… completan el grupo)
Personalmente es la especie que menos conozco. Aún no he tenido el gusto de dedicarles un book fotográfico para ellos solos, pero puedo decirte que los gamos son unos herbívoros elegantes que destacan por su apariencia única. Algunas de sus características más notables incluyen:
- Tamaño: Intermedio. Los gamos son más grandes que los corzos, pero más pequeños que los ciervos, con una altura de hombro de aproximadamente 80 centímetros y un peso de 30-50 kilogramos.
- Cuernos en forma de pala: Los machos tienen cuernos anchos y aplanados que se asemejan a una pala, los cuales no se ramifican. También los pierden, como los ciervos, en primavera.
- Pelaje: de tonos marrones que va degradando conforme se acerca a la zona ventral, que es de color blanco así como la zona de la garganta. Además tienen unas motas blancas (lunares) muy característicos en el lomo y en la espalda.
- Raya oscura en el lomo: Desde la nuca hasta la cola presentan una línea oscura, y en la zona de la cola presentan una mancha blanca conocida como «escudo anal» que queda enmarcada por dos franjas negras que forman la figura de un corazón partido al estar atravesado por la cola de dorso negro. Esta es una manera fácil de distinguir a los gamos de las ciervas cuando ya se les han caído las cuernas.
Una de las maneras de identificar a estas tres especies es fijándonos en sus colas, ya que son muy diferentes, como muestra este dibujo esquemático. La primera es la cola que suelen tener los ciervos. La segunda, mucho más pequeña, la de los corzos, y la tercera es la de los gamos.
El cuarto en discordia: la cabra montés
Por último, un consejo de navegantes. Si alguna vez nos desplazamos a bosques o montes de cierta elevación, es posible que además de estas tres especies de ungulados, nos encontremos con una cuarta: la cabra montés. En este artículo ya hablamos sobre ellas, y a veces, sobre todo si las vemos en la lejanía, podemos confundirlas con corzos o ciervos.
Amig@s, las diferencias físicas y morfológicas entre ciervos, corzos y gamos son esenciales para identificar y comprender estas fascinantes especies. Cada una de ellas tiene su propio encanto y juega un papel crucial en los ecosistemas en los que habitan. La próxima vez que te adentres en un bosque, mantén un ojo atento para ver si puedes identificar a estos majestuosos ungulados y apreciar sus singularidades.
Si quieres saber un poco más sobre los ciervos que me he encontrado en época de berrea, no te pierdas este vídeo del canal de YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=NKldJJqxEQw&t=50s
Hasta la próxima 🙂
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