Aunque ya rondabámos finales de marzo, hacía una mañana de perros aquél martes en la Laguna de Gallocanta. Mucho viento (como siempre en esta región), mucho frío (como casi siempre en esta región) y caía una especie de aguanieve que calaba los huesos hasta el tuétano. Pero nada de eso importaba. Por primera vez desde que visitaba esta laguna, me había encontrado de bruces con un pequeño grupo de avutardas. Había tardado 4 años en filmarlas, pero por fin lo había conseguido. ¿Queréis saber más de esta historia?
La avutarda común o también llamada euroasiática, es el ave más característica y representativa del grupo llamado aves esteparias. También es el ave de mayor tamaño que conserva la capacidad de volar. Por eso es una de las aves más buscadas por los «pajareros» y aficionados a la fotografía de fauna. Por eso y porque durante su periodo de cortejo, los machos tienen la extraña costumbre de bailotear y exponerse delante de las hembras.
Lo que parece un baile de San Vito sin sentido alguno es en realidad, una lucha entre diferentes machos para demostrar quién es el más grande, guapo y…. bueno, mejor bailarín. En realidad este cortejo no se diferencia de otros parecidos, como el de dos ciervos macho luchando con sus enormes cornamentas delante de las hembras.
Respecto a su gran tamaño… no parece un dato real, si comparamos su envergadura con la de grandes buitres. Pero es la diferencia de peso lo que convierte a este ave en una candidata al récord Guiness. Mientras que un buitre leonado puede superar de largo el metro de altura y los dos metros y medio de envergadura, su peso no supera los 9 o 10 kilos. En cambio, las avutardas rara vez superan el metro de altura, tienen una envergadura similar a la del buitre, pero pueden llegar a pesar más de 18 kilogramos. A pesar de su elevado peso, aún son capaces de alzar el vuelo si es necesario, aunque lo suelen hacer tan solo si se sienten amenazadas, o para cambiar de sitio y buscar nuevas zonas de alimentación.
La avutarda euroasiática
Los datos sobre este ave tan peculiar son muy parecidos a los que os di en el artículo sobre los sisones comunes. Son aves esteparias. Eso significa que su hábitat es mayoritariamente el de terrenos amplios y llanos, con zonas de extensos cultivos de cereal, regiones de inviernos largos y fríos. Son aves gregarias y mayoritariamente terrestres, lo cual significa que viven en grupos y que anidan en tierra, normalmente en pequeñas depresiones ocultas por hiervas y matorrales.
Son aves de plumajes cuya tonalidad varía desde los grises hasta los ocres, pasando por colores rojizos en el dorso de las alas y el cuello. Suelen tener plumas de color blanco en el pecho y la cabeza de un gris ceniciento que cambia a tonalidades rojas a medida que avanza por el cuello. Los machos lucen un plumaje más vistoso en época nupcial. Sus cuellos se inflan, bajo el pico y la mandíbula aparecen unas plumas rígidas que simulan ser bigotes. Durante el periodo nupcial los machos también se inflan, agrandando su pecho y su cola para atraer a las hembras.
¿Dónde encontramos a la avutarda?
En la Península Ibérica cada vez es más dificil encontrar amplias zonas de cultivos, regiones llanas de inviernos fríos. Es por ello que las poblaciones de avutardas se han esparcido y dividido. Las mejores zonas para avistarlas están sin duda en las planicies de Castilla León y Extremadura, aunque como podéis leer un poco más arriba, también podemos encontrar avutardas en zonas mas aisladas como la Laguna de Gallocanta, en Aragón. La cuestión es que su hábitat se ha ido reduciendo poco a poco conforme se abandonaban las zonas agrícolas o se transformaban para otros usos.
¿De qué se alimentan las avutardas?
Al igual que los sisones, la alimentación de las avutardas se basa en una dieta rica en proteínas en primavera y verano, comiendo insectos y otros invertebrados. En cambio en otoño e invierno ingieren alimentos de origen casi exclusivamente vegetal. Quizá no sea fácil encontrarlas en nuestros campos, ya que son muy tímidas y reservadas. Pero cuando las localizamos, la mayor parte del tiempo las veremos picoteando el suelo mientras se alimentan.
¿Las avutardas también bailan? El ciclo reproductivo
Pues si, al igual que los sisones, las avutardas también bailan. Durante la época nupcial se establecen los llamados círculos lek. Se trata de agrupaciones de machos que hinchan sus cuerpos y exponen su plumaje mientras danzan y luchan para pavonearse frente a las hembras. Es común verlos danzar, y sobre todo escuchar su característico canto, en las horas previas al amanecer y al atardecer. Esto suele ocurrir entre finales de marzo y principios de abril, aunque las fechas pueden variar y dependen sobre todo de la climatología. Lo más curioso es que las agrupaciones en lek suelen ocurrir en los mismos lugares año tras año. Los machos eligen amplias planicies bien apartadas de miradas ajenas y se reúnen en estos lugares año tras año.
Tras las nupcias, los machos se desentienden del cuidado de los nidos, y son las hembras las únicas que empollan los huevos en sus nidos a ras de suelo. Esto suele durar entre 3 y 4 semanas y tras el nacimiento los polluelos son capaces de moverse y seguir a la madre mientras se alimentan. Los cuidados de la madre suelen durar otro mes más o menos, pero las crías pueden permanecer cerca de la madre hasta 6 meses antes de independizarse totalmente. Puede parecer un proceso sencillo, pero en realidad la tasa de éxito de todo el proceso de reproducción es bastante baja. Esto es debido a varios factores, como ya os comenté. Entre ellos, los mas importantes son los factores climatológicos y la depredación de los huevos y polluelos (que no olvidemos, están a ras de suelo y accesibles para muchos depredadores).
Y así culminan 4 años buscando avutardas… ¿o no?
Al contrario que en el artículo en el que os hablaba de los sisones, en este caso acudí a Gallocanta en marzo de 2022 con la idea de observar avutardas. Por diferentes cuestiones (el COVID, coincidencias de agendas con otros viajes, etc) desde que en 2017 supimos que a Gallocanta acudía una pequeña población de estas aves esteparias, hasta que las fotografiamos en 2022 han pasado 4 años de (sana) obsesión e investigaciones sobre la especie. Puede parecer que el proyecto termina aquí, tras estos 4 años, pero nada más lejos de la realidad.
A pesar de fotografiarlas, aún no hemos podido observar las conocidas ruedas nupciales. No hemos visto a los machos danzar ni luchar por las hembras. Tras 4 años de investigación conocemos mejor la especie y las zonas en las que podemos encontrarla, así que con un poco de suerte, en 2023 tendremos material suficiente en vídeo para que podáis ver la danza nupcial de la avutarda en todo su esplendor.
Mientras tanto os dejo aquí este vídeo con todo el material que grabamos en Gallocanta un plomizo e invernal día de marzo. Quizá nos hiciera mal tiempo, pero ese es el clima preferido de las avutardas y además, el día de perros nos permitió observarlas en absoluta soledad sin otros «mirones» de por medio… todo un lujo de la naturaleza.
Un saludo.
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