Hola chic@s,
hace unos días realizamos un viaje fotográfico a Biebrza, uno de los mayores parques nacionales de Polonia y la mayor extensión de pantanos y marismas de Europa. Además de disfrutar de unas merecidas vacaciones teníamos en mente varios proyectos fotográficos. ¿Quieres saber lo que nos encontramos?
¿Qué pinta tiene una marisma?
Pues como podéis apreciar en la fotografía anterior, una marisma es una extensión pantanosa enorme. La vida salvaje del parque depende, en este caso en concreto, del nivel del cauce del río Biebrza, que recorre el valle del mismo nombre de norte a sur. El Biebrza es uno de los pocos ríos europeos que ha resistido el paso del tiempo (y la acción humana) y cuyo cauce ha permanecido sin sufrir alteración humana durante cientos de años. Al recorrer una planicie tan extensa y de poco desnivel, el propio nivel del río marca los ciclos vitales, tanto de los animales que habitan en la región, como de las poblaciones humanas que se han asentado en la zona.
¿Cómo «funciona» una marisma?
Si el nivel del río Biebrza sube en primavera, anega la superficie del valle, inunda los campos de cultivo y atrae a ciertas especies de aves acuáticas. Para que eso suceda, tiene que llover mucho en otoño y nevar mucho en invierno.
Por el contrario, si durante el otoño no llueve demasiado, y el invierno es más suave de lo normal, la primavera es mucho más seca en el valle del Biebrza y las aves migratorias que llegan al parque son diferentes.
¿Qué podemos encontrar dentro del Parque Nacional de Biebrza?
Dentro del parque podemos encontrar zonas boscosas intercaladas con amplias llanuras pantanosas. Este contraste atrae a una gran variedad de especies animales y por supuesto, permite que cientos de especies vegetales encuentren su lugar aquí.
En el norte del parque encontramos la laguna de Czerwone Bagno (Pantano Rojo, literalmente). El color oscuro de las aguas de este pantano es debido al origen turbero de toda esta región. Las típicas arcillas oscuras de turba tintan las aguas de un color negro cristalino y profundo.
En el centro del parque encontramos extensas regiones pantanosas, similares a la fotografía que abre este artículo. En el sur por el contrario, son los bosques de pinos los que predominan. Pero vamos con la carnaza de verdad…
¿Qué es lo que encontramos nosotros en nuestro viaje?
A pesar de haber sido un invierno suave y más seco de lo normal, la primavera aún no había llegado al valle del Biebrza en el momento de nuestra visita. Es por ello que el nivel del río estaba más bajo de lo normal para esta época (según los lugareños) y por eso la extension pantanosa se había reducido considerablemente respecto a otros años.
El retraso de la primavera también era la causa de la baja concentración de aves acuáticas, que era menor que en otros años. En Fotogario no escatimamos esfuerzos y volveremos al parque dentro de un par de semanas, cuando la primavera haga su aparición por fin, para comparar y buscar a los habitantes estacionales tìpicos (grullas, garzas reales, etc).
Aún así nuestra visita al «pantano negro» nos dejó imágenes curiosas de sus habitantes. Recorriendo uno de los senderos marcados dentro de los límites de este pantano, la zona más antigua y protegida del parque, nos cruzamos de repente con lo que parecía una ardilla muy grande (como podeis apreciar en la fotografía de la derecha).
En realidad nos habíamos dado de bruces con una sigilosa comadreja. Un animal tan silencioso que nos costó localizarlo al principio. Deambulaba por el bosque recogiendo frutos secos y al principio no se percató de nuestra presencia, lo cual nos indicó que nosotros éramos al menos tan silenciosos como ella…
Pero en cuanto se percató de nuestra presencia salió corriendo dejándonos con una fugaz imagen de su hermoso pelaje.
Una de las imágenes más repetidas a lo largo y ancho del parque es la de los numerosos nidos de cigüeñas. En esta época del año las cigüeñas acuden al centro y norte de Europa donde las temperaturas son más templadas y hay más horas de luz. De esta forma pueden aprovechar y alargar su periodo de cortejo, fecundación y cría.
Las cigüeñas suelen establecer los nidos en lugares húmedos, cerca de ríos o marismas como la de Biebrza, donde consiguen alimento facilmente. En esta foto en concreto la hembra permanence incubando los huevos en el nido mientras el macho va en busca de comida o material para remodelar el nido. El problema principal de mantener los huevos (y a los polluelos) a salvo en uno de estos nidos no es el frío o el viento, sino el agua. Continuas lluvias pueden innundar un nido «demasiado estanco». Por eso contruir estos nidos es un arte en si mismo, y las cigüeñas tienen que hacerlo ramita a ramita, dejando suficientes espacios huecos para filtrar el agua, pero no demasiados como para que el nido se desmorone por el peso.
La ida… y la vuelta…
En función de la estación del año, el parque puede albergar a mas de 400 especies diferentes de aves. Rapaces, aves acuáticas, aves estacionales que se asientan aquí durante el verano… pero el Parque Nacional de Biebrza también es famoso por albergar uno de los mamíferos mas esquivos del norte de Europa: el alce.
En nuestro deambular por el parque encontramos varias huellas de estos animales, así que no dudamos un solo momento cuando se nos planteó la posibilidad de madrugar y buscarlos. Por desgracia, el nivel de los pantanos estaba tan bajo que los puestos de observación estaban demasiado lejos para nuestros teleobjetivos de corto alcance. Pero si pudimos apreciar a estos animales con unos buenos prismáticos.
Por suerte para nosotros, en «el pantano negro» pudimos visitar el centro de recuperación de fauna endémica, en el que tenían varios alces en un pequeño recinto. El pantano negro es el hogar de varias manadas de lobos, depredador natural del alce, y muchos de ellos terminan en este centro de recuperación después de haber sido atacados y heridos por lobos hambrientos durante el invierno.
Amig@s, no tengo ninguna duda de que el Parque Nacional de Biebrza mecere otra visita y la recibirá pronto. En la recámara de nuestro «arma fotográfica» nos queda mucha munición por gastar con las aves acuáticas que podemos encontrar en el parque. Pero eso será otra historia que os contaré en un próximo artículo.
Os deseo un buen fin de semana.
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