Hola amig@s,
Collserola, Montjuic… y por supuesto, el delta del Llobregat. Como muchos de vosotros sabéis, Fotogario se ha mudado oficialmente a la Península. Los comienzos siempre son difíciles, pero ya nos hemos puesto manos a la obra y en estas primeras semanas hemos explorado Montjuic, el Parque Natural de Collserola y el delta del río Llobregat, el segundo más grande de Cataluña. El delta es a partes iguales una reserva biológica de alto valor y uno de los espacios ecológicos más amenazados por la acción humana. ¿Quieres saber por qué?
Es difícil explicar el delta del Llobregat a alguien que no lo haya visitado nunca. La fotografía anterior es quizá una de las imágenes mas reconocibles, una de las primeras que veremos al llegar al centro de información. Sobre el río Llobregat, bajo el puente Nelson Mandela, se agolpan en el agua decenas de flamencos, cormoranes, gaviotas, garzas y varias especies de anátidas.
Pero esta imagen no es suficiente para explicar cómo es el delta, en qué consiste la zona protegida de cría y refugio para aves y anfibios y a qué problemas se enfrenta este espacio protegido. Es difícil explicarle todo eso a alguien que no ha visitado nunca este delta en concreto. Lo único que puedo hacer como observador de lujo, es describir lo que yo experimenté en mi visita y las impresiones que saqué de un espacio tan peculiar.
No lo llames reserva, llámalo aeropuerto
Es cierto. No solo os llamará la atención si visitáis el delta, sino que os volverá locos si pasáis en él varias horas. El sonido continuo de los aviones sobrevolando la desembocadura y aterrizando en el cercano (cercanísimo) aeropuerto de El Prat choca frontalmente con la idea que yo tenía hasta ahora de «reserva biológica«.
Si alguien espera un remanso de paz y soledad, que se olvide de ello. Por el contrario se encontrará con decenas de turistas, fotógrafos, aficionados a las aves, domingueros, ciclistas y paseantes varios… y por supuesto… MUCHOS aviones.
Para todos aquellos que piensen que exagero…. tengo decenas de fotos de panzas de aviones que avalan mis palabras. Tener al lado uno de los aeropuertos más transitados de toda Europa es quizá una de las principales amenazas de este delta. Pero no es la única, ni mucho menos…
El aeropuerto y las industrias que se han instalado a lo largo de estos años a las orillas del río son el principal caballo de batalla de los grupos ecologistas de la zona. Junto al aeropuerto una depuradora y una incineradora de residuos acorralan el ya de por si canalizado cauce del río y estrechan más y más la zona protegida de valor ecológico.
La sorpresa es por tanto mayor ante este panorama. A pesar de los turistas y las industrias. A pesar de la excesiva circulación de aviones, los animales están allí. No se inmutan, no se asustan ni se espantan. No salen volando. Hacen su vida y dejan vivir. Son cada vez menos (la tasa de población de las diferentes especies ha ido disminuyendo en estos años), pero resisten.
El delta del Llobregat: una enorme huerta
Las huertas se extienden durante kilómetros por las orillas del río Llobregat. La morfología de un valle amplio y abierto y su combinación con un clima soleado y mediterráneo hacen de esta región un vergel natural.
Cuando pienso en mis años de escuela… los libros de texto definían el delta del río Nilo como un valle verde, rico y fértil en mitad del desierto egipcio. Esa es la primera impresión que saqué del delta del Llobregat.
Sería difícil que estas huertas sobrevivieran tan cercanas a la costa marina de no ser por el flujo continuo de agua dulce del río. Y es ese flujo continuo lo que alimenta (y da cobijo) a multitud de especies de aves estacionarias. Es por ello que las aves y los anfibios resisten frente a aeropuertos e industrias. El ser humano explota (sobre explota) la zona y a pesar de ello todavía hay un pequeño reducto de paz y alimento para los animales.
¿Y qué podemos observar en esta reserva natural?
Vamos a lo importante. ¿Qué especies podemos encontrar en el delta del Llobregat? La respuesta no es sencilla. Depende de la época del año en la que visitemos la reserva. Los flamencos son quizá el inquilino más buscado y fotografiado. Pero también podremos encontrar gran variedad de patos y anátidas, aves marinas (gaviotas, charranes, cormoranes…) y multitud de anfibios. En los meses de primavera y verano los mosquitos e insectos conquistan el delta y sus lagunas.
El aficionado a la naturaleza viene al delta atraído por la gran variedad de patos y anátidas que se pueden fotografiar. El consorcio encargado de gestionar la reserva se ha esmerado al máximo para favorecer la observación de la fauna sin alterar ni estresar a los animales.
Para ello han instalado a lo largo de la reserva varios puestos de observación perfectamente integrados con la flora y muy cercanos a las lagunas y pantanales más grandes del delta. Visitando cualquiera de esos puestos de observación podemos fotografiar a pocos metros de distancia diversas especies de patos, garzas, cormoranes, etc.
Es importante mantenernos en silencio siempre que entremos y utilicemos uno de estos observatorios de madera. La finalidad principal de estos observatorios es que las aves no se sientan amenazadas por las personas que están dentro de ellos. El silencio y los movimientos tranquilos y pausados ayudaran a que las aves no pierdan la confianza ni recelen de estos espacios creados por el hombre. Si tenemos paciencia lograremos captar imágenes tan hermosas como las que yo conseguí de un aguilucho lagunero cazando en mitad de la laguna.
Tras varios minutos de espera tuve la suerte de quedarme solo en el observatorio. Fue entonces, cuando en absoluto silencio y mientras observaba algunas garzas comunes, este aguilucho apareció de la nada y se quedó «flotando» suspendido por las corrientes de aire sobre la laguna.
En seguida comprendí que estaba cazando. Delante de mi, sin importarle mi presencia lo más mínimo. El aguilucho subía y bajaba, sin mover su alas, tan solo aprovechando las corrientes de aire, fijando con la vista la presa que quería capturar.
Fue un momento único el que me brindó esta pequeña especie de ave rapaz muy común en nuestras lagunas y pantanos. También tuve suerte de tener conmigo mis prismáticos, con los que pude observar toda la escena con asombroso detalle.
Pero sin duda alguna el habitante estrella del delta es el flamenco. Muchos de vosotros os extrañaréis de ver flamencos de color blanco. En realidad el color del plumaje del flamenco puede cambiar en función del tipo de alimentación de estos animales. El color rosado o rojizo por el que muchos conocéis al flamenco se lo da una alimentación rica en algas, camarones y pequeños crustáceos.
En cambio los flamencos que encontramos en el delta del Llobregat mantienen su plumaje blanco-grisaceo. Su coloración nos indica que con toda probabilidad su alimentación se base en gusanos, insectos y en diversas plantas acuáticas que crecen en los pantanales cercanos a la desembocadura del río.
La desembocadura del delta
Poco a poco, dejaremos atrás diferentes observatorios de aves y el curso del río nos conducirá hasta la desembocadura. Una zona de playa especialmente protegida y cerrada al paso, en la que anidan y crían multitud de aves.
Con la vista clavada en la playa y el mar uno comprende otra vez la especial fragilidad de este ecosistema, rodeado de industrias y delimitado por la acción del hombre y la explotación agrícola. Y al mismo tiempo uno se maravilla de la adaptabilidad y resistencia de la fauna y flora del lugar. Es un equilibrio muy frágil que debemos intentar mantener entre todos para proteger este tipo de espacios naturales.
Amig@s, ahora que tenemos tan cerca el Delta del Llobregat volveremos a visitarlo a menudo. De hecho esta misma tarde participaremos en una actividad de observación de aves nocturnas. Para ver todas aquellas fotos que vayamos consiguiendo en estas excursiones y actividades no os perdáis la carpeta de nuestra página de Facebook dedicada a esta reserva.
Saludos.
Hola, Raul; Soy Salva Solé, el guía de la excursión ornitológica a las estepas de Lleida. Tal como te prometí, he visitado tu página y he escogido este artículo para una lectura completa, ya que conozco el tema. Hace veinte años que visito el Delta del Llobregat y en él he podido identificar, a lo largo de 114 visitas, 213 especies de aves. Otras personas que lo frecuentan más han visto sobre las 320 especies. Allí, mayormende desde sus observatorios, he conseguido estupendas imágenes de aves.
En el reportaje hablas y retratas la reserva conocida como Cal Tet, pero otro lugar tanto o más apto para la fotografía de aves es la reserva de Remolar-Filipinas; esa fue la primera zona recuperada y protegida del Delta del Llobregat, mientras que Cal tet se creó posteriormente, hará década y pico, como obras compensatorias por la ampliación del aeropuerto, que devastó terrenos de gran valor ecológico.
Encuentro tu artículo muy acertado y ayuda a divulgar la existencia de este tesoro tan amenazado como resistente.
¡Gracias por tu aporte! Te deseo grandes momentos y estupendas fotos en tus visitas.
Muchas gracias. Y tienes toda la razón. Descubrí la zona de El Remolar – Filipinas poco después de mis primeras visitas a Cal Tet. El Remolar me parece una zona mucho más especial todavía que Cat Tet y merece un artículo específico en Fotogario. ¡Gracias por la idea!