Los amigos y compañeros de aventuras del blog de Nattule nos traen un artículo sobre uno de los animales más fascinantes de la península: el lince ibérico. En esta ocasión Julia nos explica dónde podemos avistar al lince y nos da algunos consejos muy útiles para no molestar al animal y respetar su hábitat natural, disfrutando al mismo tiempo de un momento mágico. En Nattule tienen gran experiencia en viajes y eco experiencias. ¿Quieres saber cuales son sus recomendaciones para observar al lince ibérico? Pues sigue leyendo.
Igual que África tiene sus «big five», en España los fotógrafos de fauna salvaje ven su sueño cumplido cuando consiguen fotografiar a alguno de los grandes depredadores ibéricos: el lobo, el oso o el lince.
¿Dónde ver al lince ibérico?
Éste último, a pesar de ser una especie protegida desde los años 60, sigue siendo una meta difícil. Aun cuando su población lleva años experimentando una notable mejoría, continua en peligro de extinción y su hábitat se reduce casi únicamente a dos enclaves de Andalucía.
Por un lado el lince es la estrella entre la fauna del Parque Nacional de Doñana. Por otro, su mayor núcleo de población se encuentra en el Parque Natural Sierra de Andújar, en la provincia de Jaén; lugar dónde, con mucha suerte, también es posible ver al lobo ibérico.
Para encontrar al lince en la Sierra de Andújar, buscaremos las zonas de bosque y matorral mediterráneo. Iremos siguiendo los senderos autorizados del parque para evitar así adentrarnos en las múltiples fincas privadas que existen.

Foto: Carlos Toribio
Las probabilidades para avistarlo se multiplican (aunque también las visitas) sin llegar a ser seguras en los meses que dura la época de celo del lince, entre noviembre y febrero. Así que llevemos los ojos bien abiertos y las cámaras en ristre.
La ruta hacia el embalse de Jándula
Partimos desde Andújar a primera hora de la mañana y enfilamos la carretera que se dirige al Santuario de la Virgen de la Cabeza. Las zonas más probables para avistar al lince se encuentran pasado el complejo turístico de Los Pinos, en el kilómetro 14, así que hacia allí nos dirigimos. En ese punto encontraremos la primera bifurcación. Si seguimos hacia la izquierda llegaremos al área recreativa del Encinarejo, donde es posible, con algo de suerte, observar a los linces bajar a beber al río, e incluso, ver alguna nutria al atardecer.
Por el contrario, si cogemos el camino de la derecha, llegaremos al embalse de Jándula, otra zona con buenas probabilidades de avistamiento. Este es el camino que os recomendamos tomar.
La carretera se estrecha entre numerosas curvas y a las habituales precauciones se debe sumar aún más cuidado. No podemos olvidar que los linces campan a sus anchas por esta sierra, cruzando con asiduidad la carretera. Tristemente, los atropellos son una de las principales causas de muerte de este felino.
Aproximadamente a los 8 kilómetros, en el paraje conocido como Los Escoriales, el asfalto termina y la carretera se abre en dos pistas. en este caso deberemos coger la de la izquierda, en dirección al embalse. En este punto tenemos la opción de dejar el coche y continuar andando o seguir con nuestro vehículo, aunque la pista ya no está en tan buenas condiciones.
Los otros habitantes de la Sierra de Andújar
Avanzaremos con ojos y oídos atentos para captar todo cuanto la naturaleza nos ofrece. Podremos distinguir el canto de la perdiz común y quizá podamos ver alguna cabra montesa. Si nuestro viaje se produce entre octubre y noviembre seremos también testigos del estremecedor berrido del ciervo.
Poco a poco el pino da paso a la encina y nos encontramos entre dehesas. Además de los enormes toros de lidia, protagonistas indiscutibles de la escena, pueden verse ciervos con relativa facilidad. ¡Definitivamente tendremos que volver en época de berrea!
Seguimos adelante hasta llegar a las inmediaciones de un paraje granítico donde no es difícil contemplar ejemplares de distintas rapaces: águila real, buitre negro o águila imperial ibérica. La vista merece la pena solo por fotografiar algunos de estos ejemplares.
El esperado encuentro
Pero la suerte nos sonríe, pues allí, entre las rocas, alguien observa una sombra moviéndose con lentitud. Hay que prestar atención, pues el pelaje oscuro del lince se camufla bien entre los matorrales de jara y lentiscos que salpican la mole rocosa. Sin duda, uso buenos prismáticos facilitan la misión. Tan solo unos minutos dura este fugaz encuentro, pero es tiempo más que suficiente para grabarlo en nuestra memoria para siempre.
En el último tramo, la pista se interna en el paraje conocido como La Lancha y vuelve a convertirse en bosque mediterráneo. Antes de llegar al mirador sobre el embalse del Jándula, el camino se contrae en una zona de curvas que los visitantes suelen utilizar para apostar sus telescopios y tratar de localizar al esquivo felino. El silencio es máximo mientras mantenemos los ojos bien abiertos. Una y otra vez la mirada se dirige hacia los claros del terreno, donde esperamos ver aparecer al lince en cualquier instante.
Un pequeño truco para localizar al lince ibérico
En este momento conviene recordar una lección aprendida hace tiempo: el comportamiento de algunas aves como los córvidos se ve alterado por la presencia de linces y se alborotan cuando los advierten. Si un grupo de urracas empieza a hacer ruido y a volar en picado sobre una zona, dirige tu vista hacia allí, pues es muy posible que debajo se encuentre la razón de tu aventura.
Una vez aparezca el lince es muy importante evitar movimientos bruscos. No debemos gritar, correr ni tratar de cerrarle el paso si intenta cruzar el carril. No olvidemos que estamos en su territorio y nosotros somos meros espectadores.
Si la suerte acompaña, algún avistamiento más puede adornar la jornada. Si no, habrá que esperar a la próxima visita y confiar en que el felino se encuentre menos reservado. En cualquier caso, lo que es seguro es que una visita a la Sierra de Andújar merece, y mucho, la pena. Rapaces, cérvidos, linces… todos ellos están esperando a dejarse atrapar por tu objetivo.
Viajera, publicista y escritora. Amante del tiro con arco. Julia es una de esas personas que prefiere descubrir las semejanzas entre lugares en directo, también sus diferencias. Sigue sus aventuras en Nattule.
Magnífica publicación…y las fotos…exquisitas!