Pocas veces pensamos en las enormes distancias que recorren algunos animales alrededor de nuestro planeta. Tortugas, ballenas, renos, mariposas, salmones… Bancos de peces, manadas de mamíferos y bandadas de aves cambiando de lugar una o dos veces al año. En esta ocasión Fotogario ha pasado varios días documentando la migración de las grullas desde el sur de la Península Ibérica hasta las zonas de cría del centro y norte de Europa. ¿Quieres saber un poco más sobre estas esbeltas aves?
Dos veces al año, las grullas migran de norte a sur (y vuelta de sur a norte) sobrevolando la Península Ibérica. En algunos casos, este viaje supone más de 3.000 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta.
Al igual que si nosotros viajáramos esa distancia, las grullas necesitan de alimento y descanso para realizar todo ese recorrido. Es por ello que algunas lagunas y humedales se convierten 2 veces al año en zona de paso para miles y miles de aves. La Laguna de Gallocanta, en la provincia de Teruel, se ha convertido en una de las zonas más importantes dónde observar esta migración anual.
¿Cuándo visitar Gallocanta?
Es curioso. Si visitamos la Laguna de Gallocanta en el periodo equivocado veremos tan solo un pequeño humedal en una planicie de campos de cultivo. Si lo hacemos en verano corremos el riesgo de que la laguna esté seca, con lo que el paisaje resultara casi decepcionante.
Pero si acertamos con el momento estacional de nuestra visita nos encontraremos con un humedal repleto de aves en periodo de migración. Aunque el verdadero secreto de la laguna, el motor que hace funcionar todo este proceso, es el nivel de agua que encontremos en la charca. Si hemos tenido primaveras y otoños lluviosos la laguna estará a rebosar, tanto de agua como de grullas.
Pero podemos decir que los dos momentos estelares de la migración de las grullas se dividen en el periodo de octubre a finales de febrero.
Desde el final del verano y durante el otoño las grullas bajan desde el norte de Europa para pasar el invierno en el sur de la Península. Y de nuevo, al final del invierno y comienzo de la primavera las grullas vuelven al norte de Europa donde pasarán el verano y tendrán, además, a sus crías.
¿Por qué descansar en una laguna?
Los animales salvajes tienen una impronta biológica, un instinto de supervivencia que les mantiene siempre alerta. Cuando cae la noche, las grullas se internan en los lagos y humedales para protegerse de posibles ataques de depredadores nocturnos.
La Laguna de Gallocanta proporciona cobijo durante la noche y los campos de cereales ofrecen todo el alimento necesario para miles y miles de grullas. En una planicie sin bosques no hay riesgo de que las alimañas y depredadores se escondan al acecho de estas grandes aves. Por eso se sienten tan seguras en estas zonas de descanso.
¿Y cómo son las grullas?
Las grullas son aves grandes y esbeltas fácilmente reconocibles por el trompeteo que emiten. Su vuelo en formación también es muy reconocible creando simétricas formas, vuelos en línea, en «V», etc. Pasan los inviernos en la Península donde encuentran gran cantidad de alimento, sobre todo semillas y raíces.
«Nos levantamos a las 6 am. A las 6:30 ya estábamos fotografiando grullas. El día termina y seguimos en la pista forestal….» (Facebook Fotogario).
Por desgracia en la Península no suele ser habitual observar su ciclo de cortejo, que incluye grandes saltos, bailes y aspavientos. El cortejo se realiza en las zonas de veraneo, en el norte de Europa, donde además, tendrán a sus crías. Pero en la Península Ibérica, sobre todo a finales de febrero y primeros de marzo, podremos observar, con suerte, los primeros escarceos amorosos y pre-cortejos.
Que nos perdamos el ciclo de cortejo no significa que la estampa en Gallocanta y en otras zonas de la Península no sea espectacular. En años de lluvias y alto nivel de aguas podremos observar miles y miles de grullas de paso, aprovechando un par de días para alimentarse y reponer fuerzas. Y os lo aseguro, ver a miles de grullas despegando con las primeras luces del día o comiendo desperdigadas por los campos de cereal a medio día es un espectáculo que difícilmente se olvida.
¿Cuales son las mejores horas para observar las grullas?
Sin ninguna duda las mejores horas del día para fotografiar y filmar a las grullas son al amanecer y al atardecer. Al amanecer las grullas levantan el vuelo para continuar con su migración o bien para desplazarse a un campo cercano para alimentarse. Al atardecer las grullas vuelven de los campos cercanos o llegan directamente desde otros puntos de descanso para dormir en la laguna.
Fundamental para tomar buenas fotografías será saber por dónde saldrá o se esconderá el sol. También será fundamental saber a qué hora saldrá o se esconderá el sol. Al amanecer podremos fotografiar de frente al sol, pero solo hasta que salga por completo. Así que lo mejor será situarse en un lugar en el que tengamos grullas en primer plano (básico) y nos guste el paisaje, y mejor si el sol sale en un ángulo de 90º con respecto a donde estamos enfocando la cámara (y no frente a nosotros).
Si al atardecer tenemos pequeñas nubes, podremos tomar fotos con los colores rojizos y anaranjados tan comunes en estas planicies.
¿Y los mejores lugares?
Otro buen consejo es localizar los hides y torres de observación públicas en los que nos podremos situar. La posición de las grullas en la laguna no sólo dependerá del nivel de agua, sino de su estado emocional :-). Las grullas pueden alzar el vuelo una mañana por un punto de la laguna y al día siguiente por otro completamente diferente. De igual manera la entrada a la laguna por las tardes es imprevisible. Si, son así de caprichosas… Pero si localizamos algunos puntos alrededor de la laguna con buenos fondos (pueblos, montañas, torres de iglesias…) seguro que tendremos buenas fotos.
Un punto de observación elevado que siempre nos dará buenos resultados, sobre todo al atardecer, es la Ermita de la Virgen del Buen Acuerdo. Aunque en mi caso yo prefiero acercarme más a la laguna y pararme en alguno de los observatorios. Al amanecer el observatorio de Los Ojos Negros, cercano a esta ermita permite obtener buenas fotos mientras las grullas levantan el vuelo. Por las tardes, encontraréis muchos puntos de observación por los caminos cercanos a la laguna entre Bello y Las Cuerlas. Pero quizá el mejor punto sea el observatorio de El Cañizar, entre El Berrueco y Tornos.
¿El resto…? pues a disfrutar de la migración de las grullas
El caso es que cualquier punto alrededor de la laguna será bueno para observar a las grullas, siempre que sea un año de lluvias y visitemos la charca en el momento adecuado. Si se cumplen ambas premisas… tan solo nos queda disfrutar del vuelo y el trompeteo de estas esbeltas aves, de sus elegantes saltos y aleteos en tierra y de los hermosos atardeceres que podremos fotografiar mientras observamos la migración anual de las grullas.
Y como una imagen vale más que mil palabras, además de todas las imágenes colgadas en este artículo, os dejo aquí un pequeño vídeo que rodé esos días de viaje y con el que podréis haceros una mejor idea de cómo es la laguna y sobre la cantidad de visitantes alados que recibe en estas fechas. Espero que os guste.
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