Hola amig@s,
aprovechando un viaje y mi participación en un curso de fotografía nocturna la semana pasada, quiero hablaros sobre una de las cosas más sencillas pero a la vez más útiles que podemos hacer antes de realizar un viaje fotográfico: una check list. Es un sencillo ejercicio de memoria que nos ayudará a no olvidar en casa aquello que luego echaremos de menos en nuestro escenario fotográfico.
Hace unos días participé en un curso de fotografía nocturna. No soy un gran amigo de las listas en papel, aunque cuando tengo por delante un viaje importante intento anotar previamente lo que necesito llevar. No es que sea un tipo previsor, más bien he aprendido (sufriendo en propia carne) aquello de «si hubiera metido esto en la maleta….».
¿Perder el tiempo haciendo una check list?
Una check list es una lista del equipo fotográfico que queremos llevar en nuestro viaje y que nos ayudará no sólo con los preparativos previos (equipaje de mano, maleta, etc), sino qué también será nuestro Pepito Grillo personal en el momento de recoger nuestro equipo después de la sesión fotográfica. Para eso claro, tendremos que llevar esa check list encima. Puede ser en formato electrónico (hoy en día los móviles nos permiten almacenar cualquier tipo de archivo) aunque por experiencia propia recomiendo llevar una copia en papel en la que poder chequear y anotar con un boli lo que sacamos y volvemos a guardar en la mochila.
Como podéis observar mi check list para este curso de fotografía nocturna incluía algunos accesorios y extras que nada tenían que ver con este tipo de disciplina. Para este tipo de fotografía necesitamos (básicamente) la cámara con un objetivo angular (y a poder ser luminoso), un trípode, un disparador remoto y una linterna o frontal de esos utilizados en senderismo. Por supuesto no hay que olvidar las baterías y las pilas para las linternas, flashes y disparador.
La fotografía nocturna requiere de mucha paciencia, de mucho tiempo de espera y sobre todo de buenos amig@s con los que compartir esos tiempos muertos. Tener en cuenta que a veces tenemos que dejar nuestra cámara exponiendo durante minutos e incluso horas. En noches de luna nueva podemos obtener trazas de estrellas y fotografías circunpolares exponiendo durante 40 o 50 minutos. No hay que rasgarse las vestiduras ni mucho menos, abandonar tras un resultado poco satisfactorio.
Imaginar el proceso: normalmente estaremos en mitad del campo y bajo una oscuridad casi total. Tendremos que buscar espacios naturales y alejarnos de la contaminación lumínica de las ciudades. Añadamos a esto trabajar con poca luz, y por supuesto apagar nuestros frontales o linternas cuando expongamos. Pasar minutos (e incluso horas) exponiendo y esperando, normalmente a bajas temperaturas, en mitad de la noche y la oscuridad… Es fácil desanimarse si no tenemos buenos resultados al principio y prometernos eso de «nunca más vuelvo a salir de noche».
Pero también tenemos un problema más terrenal ¿Qué puede ocurrir a la hora de recoger el equipo tras varias horas trabajando a oscuras? Posiblemente dejemos por el camino alguna linterna, disparador, accesorio…. o incluso LA CÁMARA, jajaja.
Revisando la check list
Es en este momento cuando la check list se vuelve fundamental. Una vez recogido el equipo, y refugiados a poder ser en nuestro coche, tardaremos unos pocos segundos en abrir la mochila y repasar (check list en mano) si tenemos con nosotros todo lo que hemos utilizado. Si por desgracia falta algo, siempre podremos volver sobre nuestros pasos (linterna en mano o frontal en cabeza) para buscarlo. No será fácil encontrarlo en plena oscuridad, pero siempre hay esperanza.
Chic@s quería dedicarle un artículo muy cortito a un elemento tan importante como la check list. Mi consejo personal es que os acostumbréis a utilizarla en vuestros viajes fotográficos para evitar lamentar pérdidas tanto de imágenes (por olvidar material en casa) como de accesorios y material en el terreno.
Un saludo y aprovechad este fin de semana tan veraniego para salir a fotografiar hermosos paisajes.
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