La fotografía macro es una de las disciplinas más impactantes. Primerísimos planos de elementos cotidianos, flores, insectos y objetos inanimados que nos muestran las texturas e imperfecciones más minúsculas. En Fotogario hemos dedicado unos meses a practicar fotos macro con tubos de extensión. ¿Quieres ver los resultados?
Los tubos de extensión son la manera más económica de convertir un objetivo cualquiera en un objetivo macro. Se trata de unos tubos huecos (sin cristales ni lentes) que se intercalan entre el cuerpo de la cámara y el objetivo, cambiando así la distancia focal. Es decir, reducen la distancia minima de enfoque.
¿Qué efectos producen los tubos de extensión?
En un artículo anterior ya definimos las principales características y efectos de estos tubos de extension. Por un lado prolongan la distancia entre el sensor (en el cuerpo de la cámara) y el objetivo. Eso modifica los parámetros de la toma (diafragma, velocidad, etc).
Al reducir la distancia minima de enfoque tenemos que acercarnos más al sujeto, con lo que ejercen un efecto de magnificación del objeto que queremos fotografiar. También reducen la distancia de enfoque maxima con lo cual perderemos la posibilidad de enfocar a infinito.
Al interponerse entre el objetivo y el cuerpo de la cámara provocan una disminución de la apertura efectiva del diafragma. Es decir, perdemos luminosidad. A iguales valores de diafragma (F) las fotos con tubos de extensión serán más oscuras.
Por ultimo, aunque no menos importante, con los tubos se magnifica cualquier vibración o movimiento involuntario. Nuestro propio pulso puede provocar fotos movidas y trepidadas.
¿Pero cuál es mi impresión después de usar los tubos?
Pues mi primera impresión después de utilizar los tubos de extensión es que si conseguimos enfocar y manejar bien la luz ambiente podemos obtener imágenes impresionantes. ¿Quién me iba a decir a mi la cantidad de polvo que se acumulaba en una de las clavijas de mi guitarra? En esta fotografía se aprecia de un vistazo los efectos que causan estos tubos de extensión.
Magnifican el objeto (podemos ver las motas de polvo) y reducen las distancias de enfoque mínimas y máximas. Es decir, la porción «tridimensional» enfocada se reduce. Sólo hay que fijarse en el desenfoque producido pocos milímetros por detrás de la clavija.
Fotografía macro, el detalle magnificado
Los detalles de los objetos se magnifican… al máximo. Si antes hablábamos de las motas de polvo, en esta foto podemos apreciar la rugosidad de la madera del lápiz. También se puede apreciar el poco campo enfocado. Solo el lapicero central está enfocado. Los otros dos están desenfocados, y eso que estaban los tres juntos sobre una mesa. En pocos milímetros perdemos enfoque.
También se puede apreciar mirando estos lápices lo cerca que la cámara tiene que estar del objeto que queremos fotografiar. En esta ocasión situé la cámara a pocos centímetros de la mesa e iluminé con un flash la escena para evitar las sombras producidas por el propio objetivo. Trabajando tan cerca podemos pensar que el flash de la propia cámara nos sirve para iluminar, pero cuando se trabaja sobre el terreno se descubre un pequeño inconveniente: los tubos alargan la distancia focal, de tal forma que parte de la luz que emite el flash de la cámara queda bloqueada por el objetivo produciendo sombras sobre la foto.
Y es algo a tener en cuenta cuando hacemos fotos macro. Necesitamos mucha luz. Si la luz ambiente no es suficiente tenemos que iluminar, a poder ser con varias fuentes de luz, para no crear sombras indeseadas.
Mucha luz… y un trípode
A pesar del trípode la fotografía puede quedar movida. En este caso porque a una arañita minúscula le dio por moverse justo cuando apreté el disparador. De tal forma que la parte que yo había enfocado (la cabeza) se movió y es la parte del abdomen la que ha quedado enfocada y retratada para la posteridad.
Una de las aplicaciones más interesantes de la fotografía macro (si hablamos de fotos de naturaleza, que es de lo que va este blog) es poder ver en detalle la flora y la fauna minúscula que nos rodea. Para ello tenemos que tener en cuenta algunos inconvenientes: necesitamos mucha luz, necesitamos acercarnos mucho a sujetos vivos (asustables) y necesitamos disminuir las vibraciones y movimientos al mínimo. Un insecto puede huir, una flor puede mecerse con la brisa.
Tenemos dos opciones: tener mucha, mucha, mucha paciencia…
…O crear un escenario, un laboratorio en el que fotografiar minimizando vibraciones e iluminando como nos guste a nuestro sujeto. Y eso es lo que yo hice para la última fotografía de este artículo:
Compré unas orquideas, las regué, las mimé, las situé en una mesa a la que poder acercarme con la cámara sobre el trípode y lancé 40 fotos hasta que por fin encontré el enfoque adecuado, con la luz adecuada y con el detalle que yo quería resaltar. Y así ha quedado la imagen después de tomar 40 fotos y elegir la más interesante.
Mis conclusiones tras probar los tubos de extensión
Después de varias semanas haciendo pruebas y experimentos he sacado algunas conclusiones:
- Son baratos. Los tubos de extensión son una forma económica de acercarse y hacer los primeros pinitos en fotografía macro. No tengas miedo a gastarte 30 o 40 eurillos, los vas a amortizar, vas a disfrutar y sobre todo vas a aprender con ellos.
- El enfoque automático a veces se vuelve loco. Es cierto. Poca luz en la escena, poca distancia de enfoque… a veces en enfoque automático puede ser una pesadilla. Hay que tener paciencia, analizar si a la escena le falta luz, si estamos muy cerca o muy lejos del objeto (y hablamos de milímetros) y si no hay más remedio, probar a la antigua enfocando manualmente.
- Usa un trípode siempre. Nada de machadas de «yo disparo a pulso». En fotografía macro los trípodes son indispensables. Y si puedes utilizar un disparador remoto o el disparo con retardo de tu cámara mejor que mejor.
- Y estabiliza a tu modelo también. No basta con que tu cámara esté libre de vibraciones. Si puedes comienza fotografiando objetos inmóviles, Pasa después a las flores y plantas de interior, pero cierra las ventanas antes de ponerte a ello. La más leve corriente de aire puede arruinar la foto. Ante insectos y pequeños animales ten mucha paciencia, estudia sus movimientos e intenta captarlos cuando estén quietos.
- Mucha luz, mucha luz, mucha luz… no me cansaré de decirlo.
Amig@s espero que este artículo os motive para animaros con la fotografía macro. Yo no le veía el interés hasta que me he puesto a experimentar con los tubos de extensión y ahora ya estoy devorando info y pensando en un objetivo macro para Navidades, jejeje.
¡Os deseo una buena semana!
Me encanta tu blog. Me gustaría que siguieras contándonos más cositas de la fotografía macro. Es en lo que me gustaría especializarme en el futuro.
Hola Cristobal,
muchas gracias por tu comentario. La verdad es que no soy ningún experto en fotografía macro. Como verás hice algunas pruebas con tubos de extensión, pero no es mi especialidad.
En cualquier caso intentaré investigar un poco más en este tipo de fotografía en próximos artículos.
Saludos.