Hola amig@s,
Las aves esteparias siempre han atraído la atención de los aficionados a la fauna. ¿Por qué? Quizá por la peculiaridad de su comportamiento durante el periodo nupcial. El caso es que estas aves nos han acompañado durante cientos de años mientras hemos mantenido su hábitat natural: los terrenos de cultivo alternados con zonas de barbecho.
Estos terrenos, sin embargo, cada vez son más escasos. Vivir del campo no es fácil. Mientras los hombres abandonan sus campos o los convierten en grandes latifundios, el hábitat de las aves esteparias se reduce cada día más. Por eso es importante divulgar y proteger el hogar de estas especies.
Hace algunas semanas tuvimos la oportunidad de participar en una pequeña excursión divulgativa del grupo local de SEO Birdlife. La finalidad era dar a conocer algunas de las aves esteparias y rapaces que podemos encontrar en las regiones de cultivo de Lleida.
Ante todo hay que agradecer al grupo local de SEO y a toda la organización la labor que hacen. No sólo su labor divulgativa, investigadora y de protección de las aves de la península. También su buen trabajo a la hora de organizar este tipo de excursiones, charlas y viajes en los que generan tan buen rollo y ambiente agradable que consiguen que un grupo de desconocidos se olvide de que lo son.
En esta ocasión la excursión duró un día y recorrimos algunos de los pueblos agrícolas más escondidos y abandonados de la región de Lleida. Una zona remota que no es fácil de encontrar sin un guía. Quizá por eso los animales que la pueblan se dejan ver fácilmente.
El invitado especial, una esteparia poco conocida.
No es fácil localizarla entre las zonas de barbecho que se alternan con los cultivos. No es un ave pequeña, pero conoce a los humanos y recela de ellos. Distinguirla en vuelo tampoco es fácil, a pesar de sus vivos colores que deberían resaltar frente al amarillo pajizo.
El sisón común es un ave esteparia extendida por gran parte de la Península Ibérica. La fotografía que abre el post es la típica foto de un macho adulto. Se le reconoce fácilmente por los colores de su cuello, grisáceo, negro y un estrecho anillo blanco al final.
Junto con la avutarda común, es una de las aves reconocidas por su peculiar danza nupcial de apareamiento. Entre marzo y abril los machos despliegan el vistoso plumaje de sus cuellos y bailan dando pequeños saltos para atraer a las hembras.
El macho de las fotos fue uno de las primeras aves que encontramos en nuestra excursión. A pesar de la cercanía de nuestros coches no se mostró nada recelosa y nos permitió observarla y fotografiarla durante un gran rato.
Pero no sólo de esteparias vive el hombre
En nuestro camino se cruzaron también varias rapaces ibéricas. Cernícalos, busardos, buitres leonados, milanos… Pero la rapaz que mejor se dejó fotografiar fue esta culebrera europea que se encontraba posada en un poste de la luz.
La particularidad de esta rapaz es su especialización alimenticia. Se alimenta básicamente de serpientes, ampliamente extendidas por toda la península. Es por ello que podemos encontrar diversas variedades de culebreras desde las zonas costeras hasta los bosques a 1.500 metros de altura.
Otras pequeñas aves de la zona
En nuestro agradable paseo, cuando la tarde ya caía, encontramos otros pequeños pájaros que también habitan las regiones de pastos y cultivos de cereal. En este tipo de paseos no solo debemos mirar al cielo. Los postes de la luz e incluso los cables pueden ser un buen lugar para encontrar pequeñas especies aladas.
La foto de la izquierda es de una tórtola europea. Es una especie migradora capaz de volar desde el norte de Europa hasta el norte de África. A pesar de estar ampliamente extendida por la península no es fácil localizarla. Hay que saber qué estamos buscando y dónde buscarlo.
La fotografía de la derecha es de una carraca europea. Fácilmente identificable por su colorido azul y el marrón cobrizo de sus alas. Es una pequeña ave que llega a la península desde África entre los meses de marzo y abril y vuelve a irse al final del verano. Suele alimentarse de pequeños insectos y lagartijas.
La principal peculiaridad y rasgo identificativo de este ave es su canto, parecido al sonido que producen esos antiguos juguetes de madera, las carracas. De ahí su nombre.
A lo largo del día pudimos observar otras pequeñas aves. Terreros, alcaudones, abejarucos, calandrias, carboneros, roqueros, urracas… es difícil fotografiar a estas pequeñas especies y mucho más cuando las localizamos a grandes distancias con ayuda de telescopios y prismáticos. Por eso la ayuda y los comentarios de nuestro guía del grupo local de SEO fueron fundamentales para observar a todas estas especies.
Y la gran sorpresa final, uno de mis favoritos
Por supuesto, aún quedaba la gran sorpresa final antes de que la noche nos envolviera. Tengo que reconocer que el mochuelo europeo es una de mis variedades de búho favoritas. Me trae grandes recuerdos de mi infancia, cuando los mochuelos podían verse al anochecer en la gran mayoría de los pueblos de la península. El abandono y la desaparición de los terrenos de cultivo que rodeaban estos pueblos ha condenado al mochuelo y a otros búhos a recluirse en zonas cada vez más remotas que aún siguen viviendo de la agricultura del cereal «a la antigua».
Me había unido al grupo local de SEO como el único fotógrafo de fauna (con su gran zoom y su trípode al hombro). Mientras que el resto del grupo utilizaba sus prismáticos y telescopios para observar a la fauna lejana, yo cargaba con mi trípode de aquí para allá. Después de 10 horas luchando con largas distancias focales para conseguir una mano de fotos decentes, encontrar un mochuelo en unas rocas a pocas decenas de metros de distancia fue la guinda del pastel.
Fotografiar a este mochuelo y a la culebrera fue suficiente recompensa para mi. Por supuesto la compañía, los comentarios y la información de nuestros guías y compañeros de excursión fueron fundamentales para crear un ambiente muy agradable durante todo el día.
Estoy deseando repetir de nuevo con el grupo de SEO. Probablemente nos volvamos a encontrar en septiembre en el Delta del Ebro para compartir un fin de semana de fotografía y observación de aves. Hasta entonces me quedo con los recuerdos y el buen sabor de boca que dejó la excursión por las estepas de Lleida.
Saludos
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