Hola chic@s,
el fin de semana se acerca y es el momento perfecto para salir al bosque mas cercano y experimentar con nuestro equipo fotográfico. En Fotogario nos encanta hacer nuevos experimentos, y esta vez te propongo salir al bosque buscando paisajes con un teleobjetivo corto, ¿Ten animas a experimentar?
Cuando pensamos en fotografía de paisaje siempre imaginamos grandes espacios abiertos, montañas y fotografías tomadas con objetivos gran angular. Si te digo la verdad, el 80% de mis fotografías de paisaje están hechas con un gran angular, pero hay un 20% que están hechas con un teleobjetivo corto, ¿por qué?
¿Por qué utilizar un teleobjetivo para fotografías de paisaje?
Hay varios momentos en los que utilizar un teleobjetivo corto nos permitirá obtener imágenes más impactantes. Los grandes teleobjetivos son utilizados en fotografía de fauna salvaje o periodismo deportivo, y tienen la ventaja (o la desventaja) de aplanar la imagen, es decir, de proporcionar una profundidad de campo muy baja. Eso nos permite aislar al sujeto que queremos resaltar en nuestra imagen y comprimir todos los planos focales por delante y por detrás de ese sujeto, difuminando el fondo y restando importancia a todo lo que no sea el sujeto en foco.
Los teleobjetivos cortos (entre los 70 mm y los 300 mm) no comprimen tanto la imagen como un gran teleobjetivo y permiten profundidades de campo mas amplias, por eso se emplean en varias disciplinas; desde el retrato hasta el paisaje.
En el caso de la fotografía de paisaje y naturaleza, podemos utilizar uno de estos telezoom cuando queramos aislar y resaltar un sujeto respecto del fondo. Por ejemplo, en la imagen de la izquierda, se ha querido dar mas importancia a la fuente (en primer plano) que al merendero que observamos detrás. Podríamos haber tomado esta fotografía con un angular, para poder observar la pradera al completo, la fuente, los árboles del fondo, etc. Pero en ese caso consideré que la fuente debería tener mucho más protagonismo. Es por ello que utilicé el teleobjetivo y elegí un encuadre apropiado en el que la fuente quedara en primer plano. La baja profundidad de campo nos proporciona un fondo lo suficientemente desenfocado para no distraer la vista del objeto principal, la fuente.
Este es un ejemplo extremo de la baja profundidad de campo que nos permite alcanzar un teleobjetivo corto si utilizamos el encuadre apropiado. En un bosque rodeado de árboles, arbustos y maleza, nos ha permitido aislar uno de los hongos que se alimentan del tronco del árbol sin distraernos con el resto de información. El fondo se ha desenfocado por completo y no sabemos que hay detrás de ese árbol.
Un buen encuadre y un teleobjetivo puede convertir una fotografía de paisaje en una abstracción, una disciplina fotográfica que nos permite ciertas licencias artísticas e incluso centrarnos en la textura de una imagen, algo de lo que hablaremos largo y tendido en otro artículo.
En resumen, si queremos captar con nuestra cámara la grandiosidad de un paisaje de esos que quitan el hipo utilizaremos un objetivo gran angular. Los fotógrafos paisajistas no salen de casa sin un gran angular en la mochila. Pero experimentar de vez en cuando con un teleobjetivo frente a un paisaje puede darnos una grata sorpresa y proporcionarnos fotografías muy interesantes también.
¿Cuándo utilizar el teleobjetivo en fotografía de paisaje?
La respuesta a esta pregunta es sencilla: cuando tu quieras. En fotografía, como en cualquier otra disciplina artística, no existen las fórmulas matemáticas exactas ni las respuestas simples. Utiliza el teleobjetivo en paisaje cuando quieras aislar a un sujeto del fondo, igual que hacen los fotógrafos deportivos o de fauna salvaje. Utiliza el teleobjetivo cuando quieras jugar y experimentar con la profundidad de campo. Utiliza el teleobjetivo, al fin y al cabo, cuando quieras dar a tus fotografías de paisaje un toque diferente. A mi particularmente, me encanta fotografiar todos los caminos forestales, rutas y pistas de senderismo por las que camino, como en este caso. La simetría de los jóvenes árboles que encuadran uno de mis senderos favoritos en el Parque Nacional de Kampinos.
Y por supuesto, si hablamos de fotografía de naturaleza y teleobjetivos no puedo dejar de lado una de mis grandes aficiones, la fotografía de fauna. Un teleobjetivo, incluso uno de focal corta como mi 70 – 300 mm es compañero fantástico para acercarse a la fauna local, en este caso del parque de Kampinos. Aquí tenéis dos ejemplos de dos de los habitantes más esquivos del parque, el arrendajo (arriba) y el picapinos (debajo).
Amig@s parece que el fin de semana vendrá cargado de sol y temperaturas decentes, así que aprovechemos la llegada de la primavera para salir al bosque más cercano a nuestra casa y experimentar con un teleobjetivo. Seguro que los resultados nos sorprenderán gratamente.
¡Feliz fin de semana!
El artículo me ha resultado muy interesante y quería saber como resuelves el enfoque nítido hasta infinito cuando haces fotografía de paisaje con el tele. A mí me resulta muy dificil el tener que ver la distancia hyper focal con la aplicación del movil cuando voy a hacer la foto. Incluso así hay veces que no me queda enfocada. ¿Hay alguna otra manera?
Hola Luis,
la verdad es que yo disparo a la antigua y no suelo calcular la hiperfocal. Ten en cuenta que para paisaje, en cuanto cierres un poco el diafragma, a partir de f11 e incluso valores más altos, practicamente todo estará en foco.
Otra cuestión es si habláramos de fotografía nocturna. En ese caso cada fotógrafo tiene su truco. Los hay que se pierden en complejos cálculos de la hiperfocal, los hay que enfocan un punto cercano iluminando con una linterna, etc…
Pero si hablamos de foto diurna de paisaje, para mi basta con elegir diafragmas cerrados.
Un saludo.